Arabia Saudí no acoge ni un solo refugiado a pesar de contar con un campamento equipado para más de tres millones de personas

El rey Salmán se niega a acoger refugiados sirios e iraquíes a pesar de que dispone junto a La Meca de 100.000 lujosas tiendas de campaña, con aire acondicionado individual, que solo se ocupan unos días al año en la Hajj o peregrinación anual. La decisión del monarca saudí es tanto más grave por cuanto los apoyos que recibe el Estado Islámico desde su Reino han provocado que millones de árabes se vean obligados a abandonar Siria e Irak.

El mega campamento de La Mina, a 8 kilómetros al este de la ciudad santa de La Meca, ocupa una extensión de 20 kilómetros cuadrados en los que se alinean 100.000 tiendas de campaña de alta tecnología con capacidad para acoger a tres millones de personas.

Las tiendas están fabricadas en fibra de vidrio y recubiertas con teflón para proteger a sus ocupantes del sol y el fuego. Cada una tiene 64 metros cuadrados y están dotadas de electricidad, suministro de agua y aire acondicionado individual.

Desde Arabia Saudí se financia generosamente al terrorista Estado Islámico que con la guerra ha provocado el éxodo de millones de sirios e iraquíes

La finalidad del campamento es ofrecer un hospedaje confortable a los millones de fieles musulmanes que anualmente acuden a La Meca para la peregrinación o Hajj. Las tiendas solo se ocupan unos días al año.

El rey Salmán bin Abdulaziz Al Saúd de Arabia Saudí se ha negado a acoger a ni uno solo de los cientos de miles de refugiados de Siria, Irak, Libia y Afganistán que se ven obligados a abandonar sus países debido a la guerra desencadenada por el Estado Islámico y sus franquicias.

La negativa del monarca saudí, informa ABC, denunciada por Amnistía Internacional, es tanto más grave por cuanto desde Arabia Saudí se financia generosamente al Estado islámico. El ejemplo de Salmán es seguido por el resto de las monarquías del Golfo que también se han negado a recibir refugiados.

Riad cierra sus fronteras

En medios diplomáticos europeos causa estupor que mientras Europa acoge a cientos de miles de refugiados, las cancillerías europeas no tengan constancia de que el régimen de Riad se haya ofrecido a reasentar refugiados sirios o de otros países árabes en guerra.

Naciones Unidas llegó a sondear al Gobierno saudí si podía utilizar las instalaciones de Mina como un “campamento de tránsito” hasta que los refugiados, sobre todo sirios, pudieran distribuirse por otras ciudades del país y emprender una nueva vida.

Riad cortó en seco la petición argumentando, según fuentes diplomáticas, que los refugiados constituían “una fuente de conflicto” que podía extenderse por todo el país y la región del Golfo.

Este invierno cientos de miles de refugiados en los precarios campamentos en Turquía, Líbano, Irak y Jordania soportarán temperaturas por debajo de los cero grados, mientras 100.000 tiendas de campaña permanecen vacías a la sombra de la Kaaba en La Meca.